viernes, 31 de julio de 2009

El capricho de la vida...

Durante más de 8 años estuve esperando este momento, pero como dicen, no hay plazo que no se cumpla y afortunadamente llego el día.
Por fin te conocería.
Desde muy temprano comencé a arreglarme. No quiero ni contar las horas que pase frente al espejo planeando que ponerme.
A lo lejos se escuchaban truenos anunciando una próxima lluvia, pero no le di importancia y continúe con mi tarea.
Una vez lista salí junto a mis amigos a tomar un taxi. El momento se acercaba.
Llegamos a ese enorme parque en búsqueda del teatro cuando de repente la lluvia nos cobijo con sus fuertes gotas de agua.
En menos de lo que imaginamos nos encontrábamos completamente empapados. El glamur se había perdido en cuestión de minutos.
Después de caminar un rato encontramos un lugar para protegernos de la lluvia y los ánimos no estaban del todo bien.
Cuando la lluvia bajo su intensidad decidimos continuar con la búsqueda del famoso teatro.
Por fin llegamos pero mi apariencia no era la adecuada, seguía completamente bañada en esa lluvia caprichosa.
Una vez dentro del teatro pensaba que todo lo malo había terminado y que ya nada podría salir mal.
El montaje comenzó amenamente. Yo deseaba que el tiempo corriera rápido para ya verte.
Sin duda alguna eras una de las personas a las que más deseaba conocer en esta vida. Saber que después de tanto tiempo estábamos en el mismo lugar y a unos cuantos metros de distancia, hizo que olvidara todo lo ocurrido.
Se cierra el telón, estaba próxima tu presentación. Los nervios y mi cámara estaban al 100%.
De repente se abre. Y ¿Qué es lo que veo? Te veo a ti totalmente cubierto de negro. Solo dejabas espacio para tus lentes.
No podía creerlo, tanto esperar ese momento para que la primera vez te me escondieras sin más. Solo pude ver tu cara al descubierto hasta el final, pero menos de 20 segundos porque lamentablemente cerraron el telón.
Mis amigos insistieron en que te esperara, pero creo que no era el momento adecuado. El mundo otra vez se encapricha para que no te pueda decir Hola.
Pero sé que llegará, no está lejos ese día.

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